viernes, 16 de julio de 2010

26. ¿Y eso qué año fue?

- ¿Yo es que lo que quiero es poder ver la batalla real de las Termópilas?
- ¿Ver la batalla de las Termópilas?
- Sí, ya sabes, la de la película "300". Esa de los Espartanos, comandados por Leónidas, contra los Persas, con Jerjes I a la cabeza.
- Pero no lo entiendo...


Fotograma de la película "300" que recrea la batalla de las Termópilas.

Aquel hombre tuvo que pasarse un rato explicándome cuál era su plan. Yo estaba allí, en mi despacho, escuchando cómo aquel aficionado a la historia me explicaba su idea para poder ver, como si fuera en video, una batalla que había ocurrido hacía 2500 años, gracias a la astronomía. Al final, aunque no del todo, creo que entendí su idea. Intentaré explicárosla.

Cuando pulsas el interruptor de la luz, la bombilla se enciende inmediatamente y vemos su luz instantáneamente aunque estemos muy lejos. Así que no es raro pensar que la luz viaja con una velocidad infinita y que por eso tarda cero segundos en viajar de un lugar a otro, aunque estos dos lugares estén muy lejos.

Aunque yo personalmente eso nunca me lo he creído. Vamos a ver, si yo necesito un tiempo concreto para recorrer los 100 metros lisos (no diré cuantos segundos, o minutos, necesito para hacerlo), por mucho que Usain Bolt lo haga en menos tiempo, unos 9.58 segundos, Bolt también ha tardado algo. Es decir, no se materializa instantáneamente de la salida a la meta en cero segundos. Parece increíble que alguien pueda pensar que algo tarda un tiempo nulo en moverse de un lugar a otro. Pues bien, esto es lo que se creía de la luz. Que era instantánea, como el Nesquik.

Por suerte, ahora se sabe que la luz no tiene una velocidad infinita, sino que simplemente va muy rápido (recorre 300000 quilómetros cada segundo). Claro, así se entiende que nos pareciera instantánea. La luz tardaría sólo unos 0.3 microsegundos en recorrer los 100 metros que Bolt recorre en 9.58 segundos.

El retraso de la luz se empezaría a notar únicamente cuando nos separáramos mucho de la bombilla. Si, por ejemplo, nos situáramos a 300000 quilómetros, la luz tardaría un segundo en llegarnos. ¿Hay algo a 300000 quilómetros? Pues precisamente la Luna está más o menos a esa distancia. O sea, que si encendiéramos una bombilla en la Tierra, la gente de la Luna tardaría en verla encender un segundo. Y al revés. Si la bombilla se encendiera en la Luna, nosotros la veríamos encender un segundo después.

¿Bombillas en el espacio? ¿De qué me estás hablando? No hay bombillas en la Luna. Al menos hasta que McDonalds no vaya a la Luna a poner anuncios de la M gigante para que la veamos desde la Tierra.

No hay bombillas artificiales, pero sí naturales: Las estrellas. Por ejemplo, el Sol. ¿Tarda mucho la luz del Sol en llegar a nosotros? Pues tarda unos 8 minutos en viajar del Sol a la Tierra. O sea, que si el Sol se apagara ahora no nos enteraríamos hasta dentro de 8 minutos. Así que voy a ir resumiendo por si te quedas sin luz para leer de aquí a 8 minutos.


La luz tarda un cierto tiempo en viajar de los astros a la Tierra.



La velocidad de la luz nos permite definir distancias de una forma curiosa. A ver, si la luz tarda un segundo en llegar de la Luna a la Tierra y 8 minutos en viajar del Sol a la Tierra, ¿qué está más lejos, la Luna o el Sol? Está claro, ¿no? El Sol.

Pues podemos decir que la Luna está a un segundo-luz y que el Sol está a 8 minutos-luz. Un segundo luz es la distancia que recorre la luz en un segundo. Un minuto-luz la distancia que recorre en un minuto. Y así podríamos definir la hora-luz, semana-luz, año-luz ...

Cuando le mencioné a un amigo el año luz, él me preguntó: ¿Y qué año fue ese? El año luz no es una medida de tiempo, sino de distancia. Es la distancia que recorre un rayo de luz en un año.

Bueno, en resumen. Que cuando vemos las estrellas y demás cuerpos celestes en realidad los estamos viendo tal y como fueron en el pasado. Por ejemplo, el planeta más alejado de nuestro Sistema Solar, Neptuno está a 4 horas-luz. Lo vemos tal y como era hace 4 horas, bastante antes de que empezaras a leer este texto (yo no estaba ni despierto).


La estrella más cercana al Sol, Próxima Centauri, está a 4 años-luz. Hace 4 años mi hijo Bruno aún no había nacido (ahora tiene 3 años). La estrella más brillante del Cielo, Sirio, está a 8.6 años luz, más o menos el tiempo que ha pasado desde el atentado a las Torres Gemelas de Nueva York. Spica, la estrella más brillante de la constelación de Virgo, está a 260 años-luz. Es decir, la luz que vemos de Spica fue emitida el mismo año de la muerte de J.S. Bach.

La luz que vemos de las Pléyades se emitió cuando Galileo apuntaba por primera vez un telescopio al cielo hace 400 años. La luz de la nebulosa NGC6188 se emitió cuando construían las pirámides de Egipto, hace 4500 años. Los objetos de la otra punta de la Vía Láctea, emitieron su luz cuando la Tierra establa poblada por Neandertales, hace 100000 años. La galaxia de Andrómeda, M31, una de las más cercanas a la nuestra, está a 2 millones de años-luz, la Tierra estaba habitada por Homo Habilis.

La luz que recibimos de los objetos astronómicos (Neptuno, Próxima Centauri, Sirius, Pléyades, NGC6188 y M31) fue emitida hace tiempo.


- Bueno, pues lo único que deberíamos hacer para ver a Léonidas y sus 300 en las Termópilas es observar un espejo que se encontrara al doble de distancia en años luz que el tiempo que ha pasado desde la batalla.


A ver... La batalla de las Termópilas ocurrió hace 2400 años. NGC2170 está a unos 2400 años-luz. O sea, que la luz que ellos ven de la Tierra ahora mismo fue emitida durante la batalla de espartanos y persas.

Pero claro, suponiendo que hubiese un espejo allí enviándonos de nuevo la imagen a la Tierra tardaría otros 2400 años en llegarnos de nuevo a nosotros. Por eso necesitamos buscar un objeto a la mitad de distancia. Si colocáramos un espejo, por ejemplo en la nebulosa de Orión, M42, situada a unos 1200 años-luz, la imagen de Leónidas les llegó a M42 hace 1200 años y ahora estaría llegando de nuevo a nosotros rebotada en el amable espejo.




NGC2170 (izquierda) emitió su luz cuando en la Tierra se desarrollaba la batalla de las Termópilas. 
M42 (derecha) está a medio camino.




- ¡Niñaaaaaa! ¡Enciende el video que va a empezaaaaar...!

Por desgracia, hay muchas razones por la que esta nueva versión de 300 no nos va a llegar nunca (ni tan siquiera con calidad screaner):  La dilución geométrica (los objetos lejanos son más débiles), la dispersión de la luz por las partículas de gas y polvo que hay entre las estrellas, los aumentos necesarios del espejo de Orión para ver las barbas de Leónidas, bloqueos de la luz por eclipses (por ejemplo, imagina que en el momento de la batalla Grecia estaba en la otra punta de la Tierra y no era visible desde M42). Y, además, ¿De verdad esperas que haya un espejo en la nebulosa de Orión?

Bueno, pero es bonito hacer volar la imaginación. Yo, desde luego, en cuanto inventemos el hiperespacio, lo primero que haría es poner un espejo en M42, volver a la Tierra y comprar palomitas.


4 comentarios:

  1. Creo que es el mejor capítulo del blog! Enhorabuena! Me ha encantado!!

    ResponderEliminar
  2. holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

    ResponderEliminar
  3. hola guapo te he visto por la calle

    ResponderEliminar
  4. Recuerdo cuando nos lo comentaste. Gracias por el artículo.

    ResponderEliminar

Si te ha gustado... si no... Sugerencias... Comentarios... Preguntas... Este es tu momento.