viernes, 12 de febrero de 2010

6. A ver si me sitúo...

El cielo ante mí (sobre mí). Un cúmulo de puntos que parecen brillar al ritmo del
cantar de los grillos. Confieso que me costó tiempo convencerme de que el parpadeo de las estrellas no estaba relacionado con el sonido de los grillos. ¡Vamos, pero si aparecen y desaparecen al ritmo del cri-cri !

Las estrellas no parpadean debido al cantar de los grillos, sino debido al aire de nuestra atmósfera. Es decir, las estrellas no cambian su brillo intrínseco (al menos no tanto en tan poco tiempo) sino que cuando su luz llega a la atmósfera de la Tierra ésta se desvía de forma diferente según la cantidad de aire que haya entre la estrella y nosotros. Como la atmósfera no está quieta, sino
que hay vientos que mueven el aire de un lugar a otro, no vemos las estrellas siempre igual, sino que parpadean. ¡Vaya, cómo si las viéramos mientras buceamos en el mar! Las estrellas no pararían de bailar según las olas las hagan aparecer y desaparecer.
Esto pasa porque las estrellas son puntuales. En el caso de los planetas, como
Júpiter, Saturno, Marte, etc., al estar más cerca de nosotros que las estrellas, los vemos más grandes. Ya no son simples puntos en el cielo sino manchurrones circulares. Así, aunque alguno de los rayos de luz de la superfície del planeta se desvíe, aún nos sigue llegando luz de algún otro punto del planeta y siempre lo seguimos viendo. No parpadea.

 
 Los planetas, al ser objetos extensos no parpadean de forma 
tan evidente como las estrellas, de aspecto puntual.


Entonces pues, es fácil reconocer los planetas. Son aquellos puntos gordos en el
cielo que no parpadean tanto. Bueno, y además los planetas también se reconocen fácilmente si los vamos observando noche tras noche. Planeta significa estrella errante en griego precisamente porque al observarlos noche tras noche son puntos que se mueven en relación con las otras estrellas. ¡Ostras! ¿Puede tener alguien tanta memoria como para acordarse de cómo estaban las estrellas ayer y saber que uno de esos puntitos se ha movido? ¡¡Uau!! ¡Vaya coco tienen los astrónomos, macho!

Por regla general, siempre que penséis que un astrónomo tiene mucho coco es que la cosa tiene truco. El truco en esta ocasión se llama Constelación. Una constelación es un grupito de estrellas que a los astrónomos (de forma más o menos imaginativa) nos recuerda a alguna cosa. El problema es que los astrónomos griegos que se encargardor de poner los nombres a las constelaciones tenían una imaginación un tanto extraña. Fijaos en la siguiente constelación.

 
¡Casiopea, muchacha, a ver si comes un poquito que estas muy delgaducha!

Yo sólo veo una W o una M, pero los griegos antiguos veían una mujer llamada Casiopea. Pues resulta que la tal Casiopea creía que era muy guapa, mucho más que las hijas de Poseidón y por ser tan vanidosa, éste envió un monstruo marino a matar a su hija Andrómeda. ¡Vaya. toda una teleserie que tenían montados los griegos con sus dioses!

Supongo que en la actualidad cogeríamos nuestros personajes favoritos de la tele para representar las estrellas. Estaría bien tener una constelación llamada Constelación Homer, ¿No? Aunque no me extrañaria que algún astrónomo la quisiera llamar la constelación del gorila, o algo así.




Une los puntos... ¡La constelación Homer!


En fin, que para acordarnos de dónde están las cosas, los astrónomos hacemos
dibujos en el cielo como si fuéramos niños pequeños y así podemos encontrar lo que buscamos con más facilidad. Por lo tanto, que no os engañen: Las constelaciones nos las hemos inventado los hombres. No hay nada que ligue físicamente una estrella con la otra. Ni siquiera están cercanas unas con otras. Cuando decimos, por ejemplo, que el Sol está en la constelación de Leo simplemente estamos diciendo que ha entrado en el dibujo que nosotros, desde nuestra perspectiva terrestre y con la imaginación de unos griegos ociosos, hemos decidido asignarle la dudosa forma de un León.

O sea, que los planetas se mueven con respecto a los dibujos de las constelaciones y por eso son ’estrellas errantes’. Aunque no todas las estrellas errantes son planetas. También los asteroides y los cometas se mueven. Los asteroides tienen aspecto puntual, como una estrella. En cambio los cometas tienen una cola o un aspecto más o menos difuso.

Cuando digo que se mueven hablo que se puede apreciar de un día para otro. O de una semana a otra. No digo que lo estés mirando y veas que se mueve. En ese caso lo que estás viendo es seguramente un OVNI. Sí, sí, un OVNI de orígen extraterrestre, claro. No hay nada que haya construído el hombre que vuele por el cielo. Tienen que ser de extraterrestres seguro... ¿O no? Bueeeno, vale. Seguramente si se mueve mucho un punto brillante en el cielo es mucho más probable que sea un avión, un helicóptero o un satélite artificial que una nave extraterrestre que viene a dejarnos un supertraje para que seamos héroes.

Los cometas no es lo único en el cielo con aspecto difuso. Las estrellas que vemos son todas de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Pero también vemos otras galaxias y tienen aspecto de manchurrón en el cielo. En el cielo del hemisferio sur incluso podemos ver las Nubes de Magallanes, galaxias muy cercanas a la nuestra que vemos como si fueran nubes en el cielo. También hay nebulosas que pertenecen a nuestra propia Galaxia. Son regiones de formación de estrellas, donde el gas entre las estrellas aún está libre.

Muy bien, creo que ya estamos más o menos preparados para identificar lo que
vemos en el cielo y empezar a disfrutar.

1 comentario:

  1. La única constelación que parece tener sentido es la del Triángulo, porque sí, es un triángulo!

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