viernes, 22 de enero de 2010

2. Astronomia en la tele

Creo que mi pasión por la astronomía desde la ciudad viene de la cosa que más
hacemos la gente de ciudad: mirar la tele.
Cuando eres pequeño te pasas todo el tiempo que estás en casa mirando la televisión (bueno, cuando te dejan tus padres).
Una serie que me encantaba cuando era pequeño era Star Trek, con el capitán Kirk y Mr. Spock, es decir, la versión de los 60. Ahora a veces he visto alguno de sus capítulos y lo cierto es que me entra la risa de lo poco creíble que me resulta (mítica es la pelea del capitán Kirk con un lagarto gigante que parece rodada a cámara lenta. ¡Qué difícil debió ser para el capitán de la Enterprise evitar aquellos feroces zarpazos!).
 Pero Star Trek es una serie que se debe ver mientras aún tienes imaginación y realmente te metes en las situaciones que ocurren en la pantalla, viajando a otros planetas de la Galaxia, descubriendo nuevas formas de vida y nuevas
civilizaciones, viajando hasta donde ningún hombre ha viajado anteriormente.
Los fans de Star Trek se llaman trekkies, lo cual ha venido a ser sinónimo de friki. Si te gusta Star Trek eres definido por la sociedad como uno de esos que van en pijama (para aquellos que no lo sepáis, el uniforme de la flota estelar tiene muchas similitudes con un pijama) a las convenciones de ciencia ficción. Yo nunca me he disfrazado de Mr. Spock, como tampoco me he disfrazado nunca de McGyver, ni de M.A. Barracus (aunque debo reconocer que sí me disfracé una vez de Cazafantasmas con tres amigos más ¡Pero era carnaval!) ni he ido a ninguna convención de ciencia ficción.
A mí de Star Trek me gustaba aquello de tomar primer contacto con nuevas formas de vida extraterrestre y cómo de diferente podían ser respecto al ser humano y también lo maravilloso que podía ser el Universo si había tantas cosas para descubrir que ni siquiera podemos llegar a imaginar sin haberlo visto anteriormente.
Bueno, resumiendo: Me gustaba Star Trek cuando era pequeño. Pero no ese no fue el motivo por el que me hice astrónomo (también me gustaba Verano Azul y nunca me compré un barquito de pescador para vivir en él).
Por la misma época en que veía Star Trek (supongo que a los 12 años o así) me
senté un domingo por la mañana con mi padre a ver la tele mientras mi madre nos preparaba la paella de los domingos.
Mi padre miraba muchos documentales de todo tipo en la tele. De Historia, de
leones, de insectos, de política, . . .Y la verdad es que la mayoría de los documentales que veía mi padre a mi por aquella época me aburrían a matar. Para mi un documental era aquello que se ponía en la tele después de comer para hacer la siesta sin el remordimiento de estar perdiéndote nada importante en la tele.
En fin, aquel domingo que me senté esperando la paella de mi madre, en la tele
estaban poniendo un documental de astronomía, en el cual un astrónomo comentaba cosas de astronomía de un modo muy simple y llano. Incluso yo, con tan sólo 12 años, me estaba enterando de todo. Resulta que la Tierra era redonda y que ya en la Grecia antigua hubo uno que se dedico a calcular cómo de grande era midiendo la sombra de unos palitos clavados en el suelo. ¡Alucinante!
La paella de mi madre llegó al acabar el documental, y yo me había pasado una hora mirando la tele con mi padre viendo algo que no eran ni dibujos ni ninguna película con explosiones o similar. Bueno, no ha estado tan mal.
Al domingo siguiente me encontré con la sorpresa de que el mismo astrónomo de la semana pasada salía en la tele de nuevo. Resulta que no era un documental aislado, sino una serie documental llamada Cosmos, y el astrónomo en cuestión se llamaba Carl Sagan.



Así que vi aquel segundo capítulo, y la semana siguiente también vi el tercero,
etc... Tengo que decir que hace poco vi de nuevo la serie Cosmos al completo y, al contrario de lo que me pasa con Star Trek, el mensaje de Cosmos sigue llegándome intacto gracias a la maravillosa forma con la que Carl Sagan explica las cosas. Así que desde aquí os recomiendo a todos que echéis un vistazo a Cosmos. Es una muy buena manera de esperar a que el arroz esté listo.

5 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho! Parece que esto se va convirtiendo en una novela de astronomía, esto es un nuevo género literario?? ;-) Sigue escribiendo, ya somos unos cuantos los que esperamos nuevo capítulo!

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  2. Hola buenas. He encontrado este blog de casualidad y me lo he guardado en favoritos para ir leyendo todas las entradas poco a poco. Me está gustando mucho, enhorabuena, tienes buena pluma. Si das las clases igual de bien debes un profesor genial. Te escribo en esta entrada porque yo también quise ser astrónomo (y astronauta) de pequeño, pero bueno, cosas de la vida he terminado estudiando filosofía y tengo la astronomía como afición (incluso tengo telescopio!).
    Bueno, sólo quería comentar que también tengo la serie Cosmos de Carl Sagan y que es impresionante. Hoy en día, con los nuevos de descubrimientos y teorías que hay, nos falta un divulgador y una cadena de televisión que apueste por una serie de documentales como aquella. Igual lo hay pero no lo sé, si me aconsejas algo será bien recibido!
    Nada más, un saludo y enhorabuena por el blog.

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  3. Hola, Jordi

    ¡Ya me gustaría ser a mí un profesor genial! Que va. Me conformo con que alguno de mis oyentes se entere de algo de lo que explico y les entre curiosidad para informarse por su parte y dedicarle un momento al cielo estrellado que normalmente no miran.

    Yo también quería ser astrónomo. Pero en cuanto me dí cuenta que al correr unos minutos ya resoplaba como si hubiese recorrido la maratón, decidí que lo mío era algo más tranquilito y que me quedaba en la Tierra estudiando astronomía.

    Carl Sagan es genial. Aún no he conocido un divulgador como él. Qué facilidad para hacer entender conceptos complicados utilizando palabras sencillas y razonamientos fáciles de seguir.

    En fin, muchas gracias por tus ánimos y espero leerte en alguna otra entrada del blog. Vuestros comentarios me ayudan a mejorar y a aclarar lo que no haya quedado claro.

    Un saludo,

    José Manuel

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  4. Hola! Te escribo a propósito de Carl Sagan y la serie Cosmos. He logrado convencer a dos amiguetes para que la vean. En tres sesiones nos hemos tragado los 13 capítulos de la serie y el resultado sigue siendo el mismo: una maravilla. Mis amiguetes han terminado deseosos de saber más sobre el universo y las estrellas, se han disparado los debates disparatados sobre el Todo y las preguntas últimas, y ya miran al cielo con otros ojos, jeje. Este Carl Sagan es un mago para hacer que la gente se interese por estos temas.

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