viernes, 5 de febrero de 2010

5. ¿Y me hago llamar astrónomo?

Aunque no os lo creáis la semana pasada recibí primer telescopio. ¡Todo un doctor en astronomía y aún no me había comprado ningún telescopio en mi vida! ¿Y me hago llamar astrónomo?

Bueno, eso no quiere decir que no haya observado nunca por un telescopio, sino simplemente que he observado con telescopios que no eran míos. Si alguno de vosotros quiere mirar por un telescopio y no quiere comprarse uno, lo tiene muy fácil. Con ir a la agrupación astronómica más cercana seguro que se encuentra con un montón de gente amable que organiza excursiones nocturnas al campo para mirar las estrellas, y además tienen telescopio.

Finalmente me he decidido y me he comprado un telescopio. Pero para colmo resulta que tan sólo tiene 5 cm de diámetro. Se trata de un galileoscopio, un telescopio creado con motivo del año internacional de la astronomía, 2009, simulando el telescopio que utilizó Galileo Galilei por primera vez para observar los satélites de Júpiter, la Luna, . . . ¡Y tan sólo cuesta 30$! Es una muy buena iniciativa para que todo aquel que quiera hacer astronomía no ponga como excusa el precio de los telescopios para no tener uno en casa (como hice yo).

Imagen del Galileoscopio

El momento de recibir mi galileoscopio me hizo recordar la época en la que decidí ser astrónomo. ¡Qué ilusión! Eso reconforta. Si después de tanto tiempo aún puedo sentir eso con la astronomía, quiere decir que no me he equivocado de profesión.

El galileoscopio lo tienes que montar tú mismo siguiendo unas instrucciones en inglés como si fuera un mueble de Ikea. Es divertido y además aprovechas para ver por dentro las partes de las que se compone tu telescopio.

Un amigo mío se pidió otro igual que yo y cuando lo montó se dio cuenta que un telescopio astronómico invierte la imagen (lo de arriba lo ves abajo y viceversa). Al observar estrellas esto no importa, pero si pretendes usar tu telescopio para espiar a la vecinita te puedes sentir estafado al darte cuenta tarde que se ve cabezabajo (¡Y encima verla boca abajo no sirve para que se le caiga la faldita por estar al revés, puesto que la gravedad sigue siendo la que es!).

Básicamente un telescopio refractor, como el de Galileo, consiste en dos juegos de lentes. Uno grande (objetivo) y otro más pequeño donde pones el ojo (ocular). La distancia entre las dos lentes se varía hasta que la imagen se ve enfocada.

El telescopio concentra luz al pasar por el objetivo y el ocular en dirección al ojo

Cuando os he dicho que mi telescopio era de tan sólo 5 cm de diámetro muchos os habréis quedado igual. Al contrario de lo que mucha gente piensa, lo importante en un telescopio no son los aumentos (que esto viene dado por cómo son las lentes de las que hablábamos) sino por el diámetro. Un telescopio es un instrumento que capta toda la luz que le entra y la concentra en el ojo (os podéis imaginar, pues, lo que pasa si en vez de ver las débiles estrellas de la noche miramos al brillante Sol del dia. NUNCA miréis al Sol por un telescopio sin la protección adecuada). Cuanto más diámetro tenga mi telescopio, más luz de las estrellas llega a mi ojo y, de esta forma, se pueden ver cosas más y más débiles. Es decir veo más estrellas que a simple vista y más brillantes.

Las estrellas son puntitos. Por muchos aumentos que tenga mi telescopio seguiré viendo las estrellas como puntos con la diferencia que cada vez veré menos estrellas a su alrededor porque estoy aislando la estrella más y más al tener más aumentos. Y además lo que también veo aumentados son los efectos de turbulencia de la atmósfera terrestre, por lo que dejo de ver una imagen nítida para verla borrosa y fluctuante. Para aumentar o disminuir los aumentos de un telescopio sólo tenemos que cambiar las lentes de las que se compone. Es más fácil cambiar la lente pequeña (el ocular), así que un telescopio suele tener varios oculares diferentes para cambiar los aumentos sin cambiar la cantidad de luz que recibe.

Lo primero que comprobé al montar mi pequeño telescopio es que necesitaba algo donde apoyarlo de forma estable para poder apuntar en condiciones. Al intentarlo sin apoyo vi como las estrellas que quería observar iban pasando por la imagen del telescopio pero que se iban en seguida porque yo no tenía el pulso suficiente. Así que tan importante como el telescopio es tener un buen punto de apoyo. Un trípode, una montura. Una vez apoyado y estable el siguiente paso es apuntar correctamente. El Galileoscopio que me compré tiene una simple mirilla, como si de una escopeta se tratara. Otros telescopios más grandes tienen un pequeño telescopio acoplado al grande (el buscador) sin tantos aumentos, para saber situar el objeto que queremos observar con más facilidad y una vez centrado en el buscador mirar por el ocular.
Cuando era profesor de astronomía observacional, la pregunta estrella era ”¿Y cuánto vale un telescopio?”. Pues ya véis que a mi me costó lo mismo que un perfume (sí, el año pasado mi mujer se quedó sin el perfume de cada Navidad para que yo pudiera comprarme el dichoso Galileoscopio). Y lo cierto es que la relación calidad-precio es casi infinita. Estoy deseoso de poder ver la Luna esta noche otra vez.

He hablado todo el tiempo de un telescopio como un conjunto de lentes, pero de hecho los telescopios más comunes hoy en día son los telescopios compuestos de espejos (ideados por Newton), no lentes, ya que ocupan menos. Ya véis que estamos hablando de Galileo y Newton, no de astrónomos desconocidos llamados Juanito y Jorgito. La creación de un instrumento para ver mejor las estrellas necesitaba buenas dosis de ingenio e inteligencia y no es de extrañar que fueran verdaderos genios los que se encargaran de acercarnos las estrellas a nuestros ojos.

1 comentario:

  1. Buenas! En junio yo también me compré un telescopio, el segundo que tengo :) Este también viene con el sello del año internacional de la astronomía. Es pequeño, de 76 mm, pero lo bueno es que tiene base dobsoniana (no sabes lo que comodísimo que es de transportar y montar: ¡no hay que hacer nada, sólo poner el ocular y apuntar!). Además es muy decorativo, esta adornado con nombres de los grandes de la historia: Galileo, Newton, Einstein, Cassini, Huygens, Hubble... Y por sólo 55 eurillos. No tiene mucho aumento, pero ayer conseguí ver por primera vez las franjas de Júpiter!! Siempre había conseguido ver el planeta como una estrella, como un punto de luz, pero ayer no se por qué la imagen era más nítida y pude ver un poco de la superficie del gigante.
    Saludos desde el sur!

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